Consejos sobre cómo administrar el dinero para estudiantes

Oct 2, 2017 | Consejos

Si eres estudiante y eres responsable de parte o de todos tus propios gastos, he aquí unos consejos para administrar tu dinero con eficacia:

Crea un plan de gastos

Considera estos criterios recomendados y crea un presupuesto personalizado que se adapte a tus circunstancias.

Lleva cuenta de tus gastos. Revisa y actualiza tu plan de gastos periódicamente. Cuando puedas, recorta gastos.

Compra con inteligencia

Aprovecha al máximo lo que ya tienes en lugar de comprar más.

Considera si podrías arreglártelas sin hacer cierta compra.

Busca comprar a precios bajos. No compres algo simplemente porque está en oferta con descuento. Recuerda que no estás ahorrando dinero, sino gastándolo.

Fíjate un límite de gastos para diversiones, y cúmplelo.

Retirar dinero del cajero automático es tentador, pero recuerda que necesitas cubrir todos tus gastos con el dinero en efectivo que tienes disponible. Limita la cantidad de dinero en efectivo que llevas contigo.

Haz los cálculos para los pequeños lujos. Por ejemplo, si tu café y magdalena diarios te cuestan sólo $20 por semana, el total en un año es de $1,040. Prueba a dejar de lado los pequeños lujos (como los cafés caros y los alquileres de películas) durante unos meses, y usa el dinero para poder disfrutar de un gran lujo (por ejemplo, una experiencia de viaje).

Siempre que puedas, evita los cargos y gastos innecesarios. Cantidades relativamente pequeñas, como las multas por atraso en los libros o videos de la biblioteca, multas de estacionamiento, etc., pueden acumularse mucho. Al evitar cargos y gastos innecesarios, tendrás más dinero para ahorrar o para dedicar a un uso que vale la pena.

Aprovecha los descuentos para estudiantes. Está atento a las ofertas especiales para cualquier cosa que necesites y estés planeando comprar: pasajes aéreos, libros, restaurantes, diversiones y ropa. Los periódicos locales y la Internet pueden ser buenas fuentes de ofertas de descuentos para estudiantes.

Limita las salidas a comer en restaurantes. El supermercado local tiene mucha comida buena y sana, a un costo mucho más bajo.

Viaja barato

Si es posible, vive sin un auto. Si caminas, viajas en bicicleta o tomas el transporte público, ahorrarás mucho.

Ahora bien, si tienes un vehículo, busca los mejores precios para la gasolina.

Ten cuidado con las tarjetas de crédito

Antes de obtener una tarjeta de crédito, discute el tema con tus padres o tutores. Discute si te conviene abrir una cuenta de tarjeta de crédito ahora y cómo se debe usar la tarjeta (para viajar, en emergencias, para hacer compras especiales, etc.). ¿Controlarán tus padres el estado de cuenta mensual? ¿Co-firmarán la tarjeta tus padres? Como parte de la conversación, discute la tasa de interés de la tarjeta, la cuota anual y el límite de crédito. ¿Hay otras ofertas de tarjetas de crédito que te pueden ofrecer una tasa de interés o una cuota anual más baja? Se aplicarán reglas sobre el límite de edad. Verifica las reglas con tu compañía de tarjeta de crédito o con tu agente representante bancario.

Recuerda que cuando usas una tarjeta de crédito, no estás gastando “tu” dinero. Estas pidiendo dinero prestado a la compañía de tarjeta de crédito, y tienes que devolver ese dinero. Si no pagas la totalidad de tu saldo mensual, también tendrás que pagar intereses. Al pagar siempre tu cuenta de tarjeta de crédito en su totalidad y con puntualidad, establecerás un historial de crédito sólido.

Considera obtener sólo una tarjeta con una tasa de interés baja y un límite de gastos también bajo. Utilízala solo para emergencias o para hacer compras planificadas. No uses tu tarjeta de crédito para gastos normales diarios o para salir de fiesta con tus amigos. Cuando sea posible, paga en efectivo o usa una tarjeta de débito en lugar de usar una tarjeta de crédito.

Mide el valor del trabajo a tiempo parcial

Recuerda que la semana tiene 168 horas. Si duermes 56 horas y vas a la escuela 40 horas, eso te deja 72 horas para todas las demás actividades, incluidos los trabajos a tiempo parcial y el esparcimiento. Si necesitas trabajar mientras eres estudiante, considera cómo obtener el máximo provecho por el tiempo que inviertes, y cómo puedes reducir al mínimo el efecto del trabajo sobre tus estudios. Investiga programas de estudio y trabajo en tu institución. Tal vez encuentres trabajo relacionado con tu materia de estudio.

Abre cuentas bancarias

¿Tienes actualmente cuentas bancarias en tu ciudad? Si piensas mudarte de la zona para ir a estudiar, averigua si tu institución financiera tiene servicios en tu nueva comunidad. En ese caso, te puede convenir mantener tus cuentas en el banco de tu ciudad. De esa manera, sería más fácil a tus padres o tutores depositar dinero en tus cuentas, al que tú podrías acceder localmente.

Si el banco de tu ciudad no tiene servicios en tu nueva comunidad, considera abrir una nueva cuenta en un banco local. Esto te ayudará a evitar cargos por el uso de cajeros automáticos. También puedes pedir cheques con tu nueva dirección local. Algunos comerciantes solamente aceptan cheques con una dirección local.

Si tienes cuentas en varios proveedores de servicios financieros, piensa en consolidarlos en un único proveedor. El tener que leer un solo estado de cuenta en lugar de varios te ayudará a ver tu situación financiera total con mayor rapidez y claridad. Algunas instituciones financieras ofrecen precios especiales y servicios gratis cuando consolidas tus cuentas con ellas.

Abre una cuenta de ahorros. Decide cuánto puedes contribuir cada semana y haz depósitos consistentemente. Al “pagarte primero a ti mismo”, evitarás gastar dinero en cosas que realmente no deseas o no necesitas. Además, cuanto más ahorres y cuanto antes empieces, más ganarás en intereses.

Compara ofertas antes de abrir una cuenta de cheques. Pregunta sobre cuentas especiales para estudiantes, y qué características y beneficios ofrecen. Compara los cargos, por ejemplo los cargos por uso de cajeros automáticos. Averigua si puedes establecer el servicio de protección contra sobregiros, vinculado a una cuenta de ahorros.

Paga tus cuentas

Si tus principales cuentas llegan en fechas diferentes a lo largo del mes, considera ponerte en contacto con tus proveedores de servicio y acreedores y averiguar acerca de cambiar tus fechas de vencimiento de pago. Algunos proveedores te permiten cambiar tu fecha de pago en Internet.

Al alinear los ciclos de facturación, puedes dejar tiempo libre, en la misma fecha de cada mes, para pagar tus cuentas. Esto te puede ayudar a ahorrar tiempo y a evitar atrasos de pagos. El tener una buena idea de la cantidad de dinero que necesitarás para cierta fecha cada mes puede ayudarte a cumplir con tu presupuesto y a planificar tus gastos durante el resto del mes.

Por otro lado, puedes tratar de repartir las cuentas uniformemente a lo largo del mes, de modo que pagues aproximadamente la misma cantidad cada semana. De esa manera evitarás que haya semanas en que todo tu dinero disponible sea necesario para pagar cuentas.

Explora las deducciones de impuestos

Puedes deducir hasta $2,500 sobre tus préstamos de estudiante cada año. Hay otras deducciones impositivas disponibles para los estudiantes y sus padres. Para aprender más, pregunta a tu asesor de impuestos.

Lleva buenos registros

Lleva registros exactos de lo que gastas. Guarda tus recibos de tarjetas ATM, de débito y de crédito y compáralas con tus estados de cuenta mensuales.

Establece un sistema de archivo. Crea carpetas separadas para los siguientes documentos. Guarda las carpetas en un gabinete para que estén organizadas y sean confidenciales.

  • Cuentas de cheques y ahorros – estados de cuenta y cheques cancelados
  • Inversiones – estados de cuenta para cuentas individuales de jubilación (“Individual Retirement Account” o “IRA” por sus siglas en inglés) , cuentas con tasa de mercado, Certificados de Depósito (“Certificate of Deposito” o “CD” por sus siglas en inglés), etc.
  • Declaraciones de impuestos – declaraciones federales y estatales, con documentación de respaldo, durante siete años.
  • Documentos de préstamos – préstamos para automóviles, préstamos estudiantiles, etc.
  • Estados de cuenta de seguros – pólizas de seguro médico, dental, de inquilino, de vida y de discapacidad
  • Cuentas pagadas – teléfono (local, larga distancia y móvil), acceso a Internet, televisión por cable, etc.

 

Fuente: El Futuro en tus Manos. Técnicas financieras para toda la vida.

 

 

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